Aromatizando nuestros aceites
El aceite de oliva es sin duda alguna uno de los reyes de la cocina mediterránea, y en general de cualquier cocina que se precie. Sus propiedades son ya universalmente conocidas y aceptadas por todos, así que os vamos a dar esta lección por bien sabida y no nos extenderemos hablando de sus virtudes. Esta vez, desde 1001especias lo que queremos es invitaros a que preparéis vuestro propio aceite aromatizado, combinando el aceite con diferentes hierbas y especias que lo enriquecerán en aromas y matices. Vamos allá.
La base, un buen aceite de oliva
Elegid un buen aceite de oliva virgen extra, por supuesto (probad con un DO. Aceite del Bajo Aragón, no tan conocido quizás como los aceites andaluces, pero sin duda sorprendente).
Ingredientes posibles
La lista es muy extensa, siendo los más habituales la albahaca, el romero, el tomillo, las guindillas, ajos, etc. si bien la mostaza, el jengibre, el eneldo e incluso la piel de un cítrico (limpia y sin “lo blanco”) también son otras posibilidades, menos frecuentes pero sorprendentes.
Eso sí, en general os recomendamos no mezclar más de dos o tres ingredientes salvo que sepáis muy bien lo que estáis haciendo.
Cuidado con lo que vas a usar
En cualquier caso, antes de añadirle a vuestro aceite de oliva una especia, hierba o condimento determinado, ya sea porque seguís una receta o porque estáis experimentando vuestras propias combinaciones, es importante que conozcáis bien el sabor de lo que estáis añadiendo a vuestro aceite, no sea, por ejemplo, que el toque algo picante y cítrico del jengibre os resulte desagradable.
Para ello, resulta recomendable cuando no somos muy duchos con el tema, “probar” el resultado final de manera anticipada. Para ello cogeremos una cucharada de aceite y espolvorearle una muy pequeña cantidad molida de la especia en concreto, y os ayudará de alguna forma a conocer el resultado que vais a obtener, no sea que vayáis a estropear un buen aceite.
Tiempo de maceración
El tiempo de reposo antes de su consumo puede variar mucho, pero en general uno o dos meses se considera un tiempo mínimo razonable para poder disfrutar de nuestra preparación.
Además, si es la primera vez que hacemos una mezcla determinada, y especialmente si es nuestra propia creación puede resultar recomendable hacer catas periódicas para ver la evolución de nuestro aceite, ver cómo va evolucionando, y si es necesario, modificar algo (retirar algún diente de ajo, etc.). Para eso nada como un trocito de buen pan.
Conservación
Lo podéis conservar en un lugar fresco –que no frío, nada de neveras o frigoríficos- y seco, y a buen recaudo de la luz (consejos de conservación).
No uséis especias molidas, se trata de que el aceite extraiga los aromas naturales del ingrediente añadido, no que éstos floten en la botella ni se diluyan en el aceite.
Y si usáis hierbas frescas, posiblemente deberéis retirarlas pasado un tiempo, puesto que éstas se irán deteriorando y afeándose pudiendo llegar a “manchar” el aceite.
Dónde utilizarlo
Si habéis decidido aromatizar un aceite, probablemente ya tengáis en mente el uso que le vais a dar. Pero no nos podemos resistir a daros algunas ideas.
Un aceite aromatizado con cayenas o guindillas puede ser algo sensacional para añadir a una receta de pasta fresca, especialmente si lleva gambas o algún pescado.
Cuando es el romero lo que hemos elegido, un chorrete sobre unos tacos curados de queso de oveja o cabra es casi obligado.
Y vuestra pizza parecerá de alta cocina si, al sacarla del horno, le añadimos un chorrito de nuestro aceite de albahaca o de orégano.
Si además soléis hacer masas en casa, atreveos a sustituir el aceite que añadís a la masa de vuestra pizza, empanada o quiché por vuestro aceite enriquecido. Esto tenemos que admitir que no lo hemos probado, ¡pero es que solo puede salir bien!.